
¡No puedo ni empezar a describir lo feliz que estoy de que estemos a punto de entrar en abril! Marzo fue, sin duda, uno de los meses más volátiles emocionalmente que he tenido en mucho tiempo. Lidiar con la muerte de mi abuelo, mis luchas personales, mis triunfos, mis altibajos con mi iniciativa... Ni siquiera puedo entrar en detalles, ya que no solo ocuparía unas 30 páginas, sino que creo que sería más apropiado para mis memorias (que se publicarán pronto, jaja).
Pero hablando en serio, ¡qué gran oportunidad para recordar la importancia de vivir en un estado de gratitud ! A menudo, me siento repetitivo al hablar, diciendo constantemente cosas que pueden sonar positivas y alentadoras; a veces, hago lo que debo hacer, pero olvido por qué las hago. ¿Por qué me siento obligado a vivir en un estado de gratitud ? ¿Cuál es el significado de esta frase? ¿Estoy practicando lo que predico?
Me gusta pensar en estos momentos como momentos "¡Ajá!". Créeme, tengo momentos "¡Ajá!" todo el tiempo. A veces vienen en forma de cambios de actitud cuando me doy cuenta de que me estoy desviando de mi plan o cuando me cuentan alguna noticia que me cambió la vida. Este mes me ha enseñado a retomar el camino, a aprender de mis errores y a crecer como persona.
Como mencioné en publicaciones anteriores, tuve la mala suerte de perder mi licencia de conducir por mis propios errores. Este mes, después de casi tres años, recuperé mi licencia. Probablemente han sido los tres años más difíciles de mi vida, y volver a poder conducir no ha sido fácil. Si alguna vez ha perdido su licencia, me solidarizo con usted. Sé lo difícil que es. Ha sido motivo de culpa y vergüenza por las acciones que cometí y que me llevaron a esa situación. Sin embargo, sé que no debo ser víctima de mis circunstancias. No estaría donde estoy hoy si culpara a los demás de mis problemas. Gracias al reconocimiento, la comprensión y el crecimiento personal, he podido salir adelante. Estoy verdaderamente agradecido por el apoyo de mi familia y amigos, quienes me ayudaron a llegar al final del túnel. Aún quedarán muchos obstáculos que superar, los problemas de la vida no desaparecen en un instante, simplemente se intercambian por otras luchas y obstáculos.
Ahora más que nunca me siento honrada y humilde de llevar mi ropa. Llevo mi gratitud con orgullo, pero sin arrogancia. Mi ropa y mi atuendo me recuerdan constantemente que puedo alcanzar mi máximo potencial y animan a otros a hacer lo mismo. Me recuerdan constantemente todas las hermosas relaciones y personas que hay en mi vida. Me recuerdan constantemente que puedo vivir una vida feliz y plena siendo positiva y motivadora.
¿Por qué?
Porque elegí vivir en Estado de Gratitud …Siempre.
PD: la foto es de mi hermosa y fuerte madre y yo en el patio trasero de Circular (se lleva a cabo el tercer fin de semana de cada mes en Selina en Miami; visita nuestra página de Instagram para ver eventos y eventos emergentes en @state.of.gratitude ).